sábado, 27 de octubre de 2007

Patzún de mis Recuerdos

Patzún:

Municipio del altiplano guatemalteco habitado en su mayoría por Kaqchikeles. Patzún es un pueblo que está surgiendo de la nada. Sus habitantes que mayoritariamente son agricultores minifundistas han sabido optimizar el escaso recurso que a lo largo de su historia han ido heredando que son sus preciadas tierras. La mayor parte de su territorio es montañoso, con escasés de agua y pocos bosques. Una carretera accidentada y muy poco mantenida que hasta antes del terremoto del 76, era la principal vía que comunicaba la capital con Panajachel, pero que a partir de entonces, ningún gobierno quizo reestablecer... quedó a merced del olvido.

Ante un panorama de pobreza y miseria, sus habitantes, con una visión futurista y de recelo a la vez, acceden a enviar a sus hijos a la escuela primaria, pero, luego a los estudios del nivel básico, centro fundado por el antiguo párroco Justianiano Bauín. Su peculiaridad está en que fue uno de los primeros municipios del altiplano guatemalteco que tuvo su escuela secundaria.

Ahora, 30 años después, Patzún cuenta con un gran número de profesionales que comienzan a levantar cabeza y a echar el hombro para contribuir en la economía nacional. La presencia de los patzuneros empieza a notarse, aunque muy tímidamente, pero, se va notando. Cada mañana viajan docenas de estudiantes hacia la capital, Chimaltenango o Antigua para realizar sus estudios a nivel medio.

Patzún aporta ahora: licenciados en derecho, médicos, contables, informáticos, profesores y agricultores más cualificados. Esperemos que dentro de nada, también la clase política se ponga al dia y que sean ellos los primeros impulsores de la economía local, ya que hasta ahora lastimosamente, la mayoria de ellos, se convierten en políticos clásicos: durante la campaña mucha promesa, pero cuando llegan al poder se olvidan de todo.

La presencia de patzuneros en el extranjero es escasa, pero que empieza a haber. Hay algunos que realizan sus estudios en universidades extranjeras, otros aporta su fueza económica en paises como Estados Unidos y los hay que han emigrado a países europeos.

La idiosincracia del patzunero es que ama descaradamente su pueblo. Patzún, no cuenta con una belleza natural, pero cada patzunero se siente muy orgulloso de ser hijos de su pueblo. Esté donde esté siempre se identifica como tal y más tarde o temprano siempre regresa al lugar donde en su infancia recorrió sus calles, respiró su aroma y se dejó empapar por las lluvas.

Lo más duro para un patzunero al estar lejos de su tierra es dejar a un lado el olor a aquel elote recien salido del "apaste", ver esos atardeceres con esas nubes de color de algodón, sobre un manto azul, ese olor a pino en las calles durante sus fiestas, ese color verde con mil tonalidades y ese olor a tierra húmeda... su gente, que lleva su sufrimiento en la mirada, siempre dispuesta a darte una sonrisa y a compartir una tortilla con su visitante.

Patzún de mis recuerdos te llevo dentro.... como las líneas de mis manos.